lunes, 14 de diciembre de 2020

LOS ENFERMOS ¿SON PERSONAS O COSAS? (V)


   Para poner freno a la tendencia a cosificar al enfermo es necesario fomentar la personalidad del paciente, no tanto en el aspecto coloquial, sino facilitando al enfermo su capacidad de decisión. Ese esfuerzo por capacitar al paciente sus decisiones garantiza y optimiza la adecuada relación médico-paciente. 
   
   Así lo define el Prof Herranz:  "…(Hay que poner de) relieve lo que es la dignidad humana del paciente, su condición de hombre capaz de dialogar personalmente, de tú a tú, con su médico, no en el sentido coloquial del tuteo, sino en el antropológico de sentirse responsable de sí mismo. … La relación entre paciente y médico es bidireccional e igualitaria, en la que uno y otro se intercambian informaciones, se reconocen como personas de mente sana y años adultos, y negocian acuerdos: es decir, se elevan mutuamente a la condición de seres éticamente maduros y responsables, de agentes morales. 

   …el enfermo, en trance de perder su subjetividad, debía luchar constantemente para recobrarla y volver a ser el “sujeto de su enfermedad”, en lugar de resignarse a ser el “objeto del tratamiento”. …los médicos deberían ser mucho más conscientes de ese peligro de despersonalización, de cosificación, que corre el paciente, y que, por ello, deberían ayudarle activamente en sus esfuerzos para reapropiarse de su personalidad amenazada por la enfermedad. 

   Ese es un aspecto más… de la cosificación del individuo, un peligro que encontramos por todas partes. En el campo de las relaciones sociales, se cosifica a gran escala. 

   Los derechos de los pacientes son un antídoto contra ese peligro, un estímulo moral, mucho más que jurídico, que anima al enfermo a ser y a portarse como persona; y al médico a respetar, a pesar de todas las apariencias, la dignidad humana de todos sus pacientes. 

   Sólo respetando a los pacientes como personas, pero, sobre todo, sólo tratándose el médico a sí mismo como una persona con una vocación especial, puede el médico encontrar significado y satisfacción en su trabajo, a veces agotador. 

   El médico es un importante agente (o contra-agente) terapéutico. Su personalidad, está suficientemente demostrado, puede ser tan benéfica, a veces, como las medicinas que administra; otras veces, puede ser tan destructora, o más, que la misma enfermedad". En El Corazón de la Medicina” (libro homenaje), 2013, pag. 229-243. 

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