El Prof Herranz:
Pregunta: En el ámbito obstétrico se está imponiendo una Medicina defensiva por el miedo de los profesionales de la salud a posibles demandas ante una enfermedad del feto. Como consecuencia, está aumentando la práctica del diagnóstico prenatal.
Respuesta: “Ciertamente la evolución social y la jurisprudencia están imponiendo a la obstetricia una mentalidad defensiva, en la que el diagnóstico prenatal es cada vez menos un medio para la terapéutica y la investigación. Más bien tiende a convertirse en el preámbulo del aborto, en instrumento de muerte. Lo mismo, o todavía más, ocurre con el diagnóstico preimplantatorio.
Desde el punto de vista ético, el diagnóstico prenatal ha sido víctima de una estafa: no induce al tratamiento, sino a terminar con el feto. De esto recuerdo haber hablado con el profesor Lejeune. En concreto, de cómo la citogenética había sido secuestrada por médicos de mentalidad eugenésica. La genética ya no se emplea como punto de partida para la búsqueda de soluciones médicas, pues sólo conociendo la fisiopatología de la enfermedad pueden buscarse remedios; ni tampoco se practica como recurso diagnóstico para poner a los padres en antecedentes y prepararlos para la aceptación de un posible niño deficiente que está por llegar, por ejemplo una criatura con síndrome de Down.
Siempre que me han pedido una opinión acerca del diagnóstico prenatal he respondido que es una técnica valiosísima, que es la única llave que tenemos para acceder al diagnóstico y al tratamiento de la enfermedad prenatal. Tenemos la ecografía y los procedimientos auxiliares de imagen, todo el análisis químico que se quiera y las técnicas invasivas y no invasivas. Hoy en día la sangre de la madre puede dar ya la clave para muchos diagnósticos. Este es un campo que se ha de cultivar como inicio del consejo genético, de la terapéutica de la enfermedad genética y para la investigación básica." (En Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 96)