viernes, 11 de octubre de 2024

Reproducción humana artificial (2)

En la fecundación in vitro la ciencia es arrastrada por una compasión sin freno: en esencia, se pretende obtener una vida sin importar la aniquilación de otras muchas. La degradación ética es indiscutible.

El Prof. Gonzalo Herranz responde a la cuestión:

Cuestión: Millones de seres humanos han nacido gracias a la fecundación in vitro, aunque sólo representan un 20-30% de los embriones producidos para este fin. Esto quiere decir, que millones de seres humanos en estado embrional no han llegado a nacer, debido a los procedimientos altamente agresivos para la débil vida recién concebida, porque no eran aptos o, simplemente, porque sobraban. 

Respuesta: “Desde el primer momento, la fecundación in vitro fue mimada por la opinión pública. Fue presentada como una mezcla embriagadora de ciencia y compasión. Se le ha hecho mucha propaganda en las revistas del corazón. Y también mucha publicidad, pues no en vano hay una industria de la reproducción humana. 

El tiempo ha hecho conscientes a muchas personas que las técnicas de reproducción asistida tienen límites. El número de descontentos crece en la sociedad porque las técnicas de reproducción asistida no consiguen solucionar sino parte de los problemas. Prácticamente sigue siendo cierto que tres de cada cuatro parejas (no es fácil interpretar los datos, pese a los esfuerzos hechos para medir la eficacia real de las intervenciones) no reciben de esas técnicas el consuelo de un hijo. Sigue sin publicarse un dato esencial: la relación entre el número de niños nacidos y el número de embriones producidos en el laboratorio. Se suele decir que no es muy inferior a la tasa que se da en la reproducción natural, en la que se calcula una pérdida precoz de embriones que algunos fijan en el 80 por ciento. Pero los datos no se publican.” (En “Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 81)


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