Cuestión: Holanda fue el primer país en legalizar la eutanasia, en 2002. Para su legalidad, el procedimiento debía cumplir una serie de requisitos: pacientes terminales con "sufrimiento insoportable", que no tuvieran esperanza de curación, mayores de 18 años y que libremente quisieran poner fin a su vida. Ludwig Minelli, fundador de la Clínica Dignitas, especializada en suicidios asistidos, sostiene que, si se acepta la idea de la autonomía personal, no se puede poner la condición de que sólo los enfermos terminales (con enfermedades físicas) tienen derecho al suicidio asistido. También se les debería permitir a los enfermos con trastornos psiquiátricos (esquizofrenia, depresión, etc.), o a personas que hayan perdido el sentido de vivir, etc. Ciertamente, si se defiende el criterio de la autonomía de la persona para solicitar la eutanasia, se inicia el plano inclinado...
Respuesta del Prof. Herranz: “…En Holanda, los médicos fueron desarrollando poco a poco una cultura de tolerancia a la eutanasia, o incluso de promoción de la eutanasia. Liberarse de la carga de los enfermos sin remedio casaba con su mentalidad utilitarista. La gente aceptó ese modo de proceder, de modo que el acuerdo tácito entre la sociedad, los médicos y la judicatura hizo arraigar tan extensamente la eutanasia que llegó un momento en que convino dar sanción legal a la costumbre. Es doloroso que fueran precisamente los grupos sociales que debían proteger de modo particular la vida humana (los médicos y los jueces) los que, apostatando de esa misión, desarrollan los criterios pre-legales para la eutanasia y después prepararon la legislación.
Cuando la Real Sociedad Holandesa de Médicos estableció, con la anuencia de la Judicatura, que la eutanasia y la ayuda médica al suicidio podrían practicarse en unas condiciones que ellos mismos habían diseñado para que el asunto no se les fuera de las manos, la sociedad y el legislativo reaccionaron con una sumisión pasmosa. No todos los médicos aceptaron el nuevo estado de cosas. Se produjo una escisión entre los médicos. Los médicos que respetaban la vida humana se separaron de la Real Sociedad Holandesa de Médicos y crearon un organismo paralelo, llamado la Liga Holandesa de Médicos. No eran muchos, casi todos veteranos, de modo que, con el paso del tiempo, fueron disminuyendo en número y fuerza social. Hoy, la oposición profesional a la eutanasia en Holanda, y en gran parte de Bélgica, es muy débil….
Así, pues, en Holanda se hizo lo que dijeron los médicos. Hendin ha podido hablar de un fenómeno absolutamente nuevo: el de una "sociedad fascinada por la muerte". Su libro Seducidos por la muerte indica hasta qué punto la mezcla de compasión, de utilitarismo extremo y de intolerancia al dolor pueden crear una cultura de este tipo.” Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015.