sábado, 16 de agosto de 2025

Contra la eutanasia y suicidio asistido (XVIIb)

Un médico que ha vivido según ética médica hipocrática puede emigran a una medicina eutanásica con sólo hacerse esclavo, poco a poco, de una moral subjetiva y relativista 

Seguimos con la respuesta del Prof. Gonzalo Herranz (ver envío anterior, XVIIa): “...Cuando la vida llega a un final lleno de sufrimiento, y se sostiene que el sufrimiento tiene un valor negativo (hay que recordar que para la teoría hedonista el sufrimiento es un mal moral; y su evitación un bien moral), el médico queda atrapado en la propia dinámica de su moralidad profesional, y ya no puede dejar de matar. No se puede pensar que lo haga por perversidad. No hay monstruos morales en Medicina. Lo hará simplemente por mero sentimiento, por un falso sentido de justicia, por no denegar a un paciente lo que ha dado a otro. 

La reflexión sobre el proceso acerca de cómo se inicia y se consolida la actitud del médico ante la eutanasia debería ser tema obligado para todos los estudiantes de Medicina. Lo hacen en Holanda como programa para desensibilizar a los estudiantes. Habría que escribir seria y documentadamente la historia de la conversión de un médico hipocrático en un médico que ya no se resiste a la eutanasia, que piensa que la eutanasia es parte de la buena profesionalidad.” Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 145-146. 


viernes, 8 de agosto de 2025

Contra la eutanasia y suicidio asistido (XVIIa)

La ética médica no se vive sólo cuando se conocen y se aplican un conjunto de reglas codificadas. La ética médica se vive, sobre todo, cuando se interioriza en la conducta cada médico.  

Cuestión: Según tengo entendido ha aumentado el número de Facultades de Medicina que finalizan la carrera con la lectura del Juramento Hipocrático. Usted mismo ha traducido al castellano el Juramento hipocrático cristiano (siglo II- III), de autor anónimo. Tantas veces se nos olvida, o ignoramos, la sabiduría de los antiguos... 

Respuesta del Prof Herranz: “Es, por eso, necesario seguir repitiendo la cláusula del Juramento hipocrático "no daré un veneno a nadie, aunque me lo pida". Hay que hacerlo, pues lo básico ha de ser repetido muchas veces. Pero los médicos no necesitamos sólo doctrina ética; hemos de educarnos también en psicología moral. Me parece que la progresión que se ha dado en Holanda, donde, en pocos años, se pasó de ver la eutanasia como recurso médico excepcional a practicar eutanasias involuntarias, depende no de teorías metaéticas, sino de la psicología ética del médico, esto es, de que éste cuide su alma.

Un médico debería haber reflexionado a fondo sobre lo que le ocurre cuando accede a practicar su primera eutanasia. Debería haberse concienciado de que, si no reconoce su error, si no se arrepiente de lo que acaba de hacer y no renuncia definitivamente a ese comportamiento, entra en un torbellino moral del que no podrá salir. Si piensa que su comportamiento está justificado, que haber dado muerte a un paciente que se lo ha pedido es una decisión racional y conforme a su ética, no podrá dejar de hacer eutanasias en el futuro. Las virtudes propias del médico le obligarán a hacerlas más veces y más pronto. Si es fiel a su mentalidad preventiva, no podrá posponer su decisión y dejar que las cosas lleguen a un punto extremo: su deber de ahorrar dolor, de beneficiar al paciente le llevará a ver indicaciones cada vez más tempranas para la eutanasia. Ante su próximo paciente terminal anticipará unos pocos días, unas pocas semanas, la práctica de la eutanasia con respecto a su paciente anterior. Dirá: "no es humano, no puedo permitir que las cosas lleguen a tanto." Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 144-145.

viernes, 1 de agosto de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XVI)

El médico que promueve la solución de los problemas del paciente con la eutanasia ve al enfermo como un instrumento con grados de utilidad. De hecho, la eutanasia, al no precisar título ninguno, la puede ejercer cualquiera que se preste. 

Cuestión: La eutanasia no es el fracaso de la Medicina, sino el fracaso de la sociedad. Qué mal tiene que estar la sociedad para que un miembro de ésta no quiera vivir más en ella. Como señala Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, una humanidad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión, es una sociedad cruel e inhumana. La razón de fondo de la eutanasia, pienso, radica en la concepción antropológica que se posea: si se pierde el sentido trascendente de la persona humana ya no se es capaz de reconocer el valor inviolable de su vida, y se llega, por tanto, a proponer -con cualquier excusa- su eliminación como un bien. 

Respuesta del Prof Gonzalo Herranz: “Creo que es el fracaso de las dos: de la sociedad y de la Medicina. Como fenómeno social, la eutanasia es enormemente compleja. La sensibilidad social depende de la cultura, de cómo se haya educado en la tolerancia al sufrimiento. Pero por mucho que digan los periódicos y los legisladores, en último término, al menos de momento, la eutanasia es un fenómeno médico, está ligado inevitablemente a la Medicina. 

Se ha escrito algo sobre la criptotanasia, la eutanasia subterránea, la practicada por aficionados. Pero, por fortuna, el asunto, después de dar origen a una literatura negra, repugnante, de casos terribles, parece haber desaparecido. De momento, la práctica de la eutanasia, su indicación y ejecución, se tiene como cuestión exclusivamente médica. El rechazo, o la cooperación, del médico siguen siendo esenciales, tanto para que la eutanasia continúe como condenable y contraria a la ética de la Medicina, o instalarse en la sociedad como solución a un número creciente de problemas”. Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 143-144.

viernes, 25 de julio de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XVb)

El paciente siempre corre un grave riesgo con el médico de mentalidad utilitarista.

Cuestión: …Es cierto que se necesitan un elevado número de órganos para trasplante, pero la propuesta de estos médicos belgas no deja de ser macabra e inquietante...

Respuesta del Prof Herranz: “En esa reunión que tuvo lugar en la Real Academia Belga de Medicina, y en la que intervinieron también médicos de Luxemburgo y de los países del Eurotrasplante (Países Bajos, Alemania, Austria y parte de la antigua Yugoslavia, entre otros), se propuso que los pacientes neurológicos, sobre todo los de enfermedades de la neurona motora, podrían ser candidatos muy prometedores para el trasplante, pues sus órganos están en mejores condiciones que los provenientes de cadáveres. Es necesario obtener esos órganos cuando todavía no han sufrido daños debidos a la anoxia post-mortal. 

Hay pacientes, por ejemplo, con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que piden la eutanasia, pues no pueden practicarse a sí mismos el suicidio. Para que la donación sea posible, es necesario trasladar al enfermo de su domicilio particular al hospital, donde se practicará primero la eutanasia y posteriormente la extracción de los órganos para donación. El paciente tendría que ingresar directamente en el quirófano, ser preparado para una intervención quirúrgica de extracción de órganos (a la vez que en un quirófano contiguo se prepararía al receptor), se le practicaría la eutanasia y, en cuanto se certificara su muerte, se procedería de inmediato a la extracción de órganos. 

Esto suscita repugnancia moral, es un tanto macabro. Lo sorprendente del caso es que se discuta a nivel académico. Para dar un poco de brillo ético al asunto se nos dice que se establecerán una serie de directrices. Pero viendo las diapositivas que han sido proyectadas en esa reunión, se siente un poco de alarma, pues la mentalidad utilitarista no tardará en plantearse si la necesidad de obtener órganos en condiciones óptimas (los mejores son y seguirán siendo los de donante vivo), no llevará a operar en vida a los pacientes que solicitan la eutanasia: una vez extraídos los órganos, se procedería a dejar morir al donante.”  Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 14-142.


viernes, 18 de julio de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XVa)

Los defensores de la eutanasia provocan el adelanto de la muerte de los enfermos. Es difícil que esa actitud no corrompa también la ética de los trasplantes. 

Cuestión: Plano inclinado que acaba en el consecuencialismo. En una convención médica organizada en diciembre de 2010 por la Real Academia Belga de Medicina, tres médicos de tres hospitales universitarios explicaron que un 20% de las 705 personas a las que oficialmente se les aplicó la eutanasia en el país padecían desórdenes neuromusculares, pero sus órganos eran de una calidad relativamente alta, buena para el trasplante. ¿Puede tener la legalización de la eutanasia otro tipo de motivaciones? 

Respuesta del Prof. Herranz: “Es un asunto que debería provocar una preocupación muy profunda. ¿Por qué?, porque la demanda de órganos para trasplante está alcanzando niveles muy fuertes. La sociedad ha aceptado el mensaje alentador de que es posible salvar, o prolongar, la vida de mucha gente, pero que para eso hacen falta muchísimos órganos. 

La criminalidad que puede haber en este campo, como señaló la Declaración de Estambul sobre el tráfico y comercialización de órganos (2008), deja todavía muchas bolsas de abuso en el mundo, como China o la India, donde se practica el turismo del trasplante. Se supone que en los países avanzados eso es un delito perseguido, pero se están buscando fórmulas marginales de burlar la ley siguiendo conductas delictivas. 

Hay que reconocer, por otra parte, que los requisitos de los primeros años de la legislación y de la normativa profesional sobre el trasplante, que trataban de obtener órganos de alta calidad, de personas jóvenes, sin riesgos para los receptores, no tienen vigencia ya, y prácticamente se han olvidado. Hoy los requisitos de calidad se han rebajado: prácticamente no hay límite a la edad del donante y se aceptan órganos tolerablemente alterados. Podría decirse que, en el momento presente, el requisito fuerte para la donación es la voluntariedad del donante. Pero en muchos países la legislación subraya tan fuertemente la autonomía del donante, incluso post-mortem, que no es posible la presunción de donación.” Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 140-141. 


viernes, 11 de julio de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XIV)

Los protocolos pro eutanasia cuestan diferenciarlos de los seguidos por el espíritu de la Alemania nazi.  

Cuestión: El 10 de marzo de 2005 se publicó en el New England American Journal el artículo «El Protocolo de Groningen. Eutanasia en recién nacidos gravemente enfermos», firmado por los doctores Eduard Verhagen y Pieter Sauer. En septiembre de ese mismo año, apareció otro artículo de los mismos autores en la revista norteamericana Pediatrics: «Decisiones para acabar con la vida de recién nacidos: un planteamiento desde Holanda». En ambos se ofrece a la comunidad científica internacional la descripción detallada del Protocolo de Groningen. 

Respuesta del Profesor Herranz: Todo esto fue posible por una cooperación activa de los jueces. En los pocos Juicios de los casos denunciados por infracción de normas legales, los jueces fueron justificando nuevas indicaciones de la eutanasia. De tal manera que a la "eutanasia por dolor insufrible" siguió la "eutanasia por sufrimiento psicológico grave", la "eutanasia neonatal" (porque significaba un sufrimiento insoportable para los padres) y la "eutanasia por dolor existencial", que viene a ser una desgana grande ante una existencia precaria o desconsolada. Por eso se puede decir que hoy en Holanda la mera petición al médico de la eutanasia significa prácticamente obtenerla. 

…Ya desde el principio se vio que era alto el número de las eutanasias no voluntarias (de 800 a 1000 por año). Se trataba de casos en los que no había una petición racional y reiterada del sujeto: pacientes en estado vegetativo persistente, dementes avanzados o incapaces mentales. 

El fenómeno que, sin embargo, desacredita la validez práctica de la ley fue el número de casos de eutanasia involuntaria; es decir, la eutanasia de pacientes conscientes, cuya vida era considerada por los médicos como carente de valor, improductiva, o exigente de atención médica excesiva. Se trataba en muchas ocasiones de ancianos sin familia, abandonados, sin sistemas de ayuda, para los que se juzgaba que la muerte era mejor que seguir viviendo así. Muchos médicos confiesan que han practicado este tipo de eutanasias. 

Es inevitable preguntarse qué diferencia separa el programa de eutanasia de la Alemania nazi y esta forma de dominio sobre la muerte que ejercen hoy esos ilustrados profesionales de la Medicina. Se dice que son decenas de miles los ancianos que en Holanda se han provisto de un testamento de vida para manifestar que rechazan de plano que se les practique la eutanasia. Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 130-140.

sábado, 5 de julio de 2025

Contra la eutanasia y el suicidio asistido (XIIIb)

La sedación paliativa en medicina es drásticamente opuesta a la sedación terminal o eutanásica impropia de la medicina.

Seguimos con la respuesta del Prof. Gonzalo Herranz (ver envío anterior): "...Llegó un momento en el que la propia Real Sociedad Holandesa de Médicos, al percibir una incipiente alarma social ante el incremento que iba tomando la eutanasia, recomendó a los médicos no utilizar la eutanasia como modo de poner fin a la vida de los pacientes, sino que se limitaran a la ayuda médica al suicidio, proporcionando a los pacientes que las solicitaran las instrucciones y las medicinas necesarias para causarse ellos mismos la muerte, y dejar, de paso, a la Medicina libre de toda sospecha. 

Rápidamente se vio que el problema no se resolvía así, pues muchos pacientes preferían seguir sufriendo antes que suicidarse. Eso prolongaba su vida y, por consiguiente, la demanda de atención médica domiciliaria, pues en Holanda la atención terminal se hace en casa de los pacientes (en los Países Bajos los enfermos terminales no suelen ser admitidos en los hospitales para recibir atención paliativa). Fue entonces cuando la Real Sociedad Holandesa de Médicos recomendó a los facultativos que simplemente recurrieran a la sedación terminal: de ese modo, se obviaban los posibles conflictos judiciales ligados a la eutanasia y a la ayuda al suicidio. La sedación, en cuanto sedación terminal o eutanásica, se ha convertido en un modo sencillo de resolver el problema de la enfermedad terminal. La gente la denomina "eutanasia lenta". Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, 138-139.