jueves, 22 de junio de 2023

Aspectos médico-farmacéuticos del embrión humano (VI)

Seguimos avanzando en estos apartados. Se trata de dar voz y atención al embrión que pueda precisar tratamiento. 

El Prof Herranz clarifica este aspecto: 

4 La investigación clínico-farmacológica en los dos primeros meses de la gestación. El embrión y el feto, lo mismo que la mujer gestante, siguen mereciendo hoy ser llamados "los huérfanos de una terapéutica en expansión". Para comprobarlo, no hace falta más que leer los prospectos que los fabricantes colocan en los envases de los medicamentos. Suelen decir cosas de este tenor: "No hay datos acerca de sus posibles efectos sobre el embarazo. No debe administrarse a mujeres gestantes". 

El embrión y su madre son los desheredados de la farmacopea de hoy, porque han sido excluidos de la investigación clínico-farmacológica. Constituyen una de las llamadas "poblaciones especiales", sobre las que gravita la prohibición tácita de ser incluidos como sujetos de investigación en los ensayos clínicos.

La necesidad de defenderlos de riesgos y abusos potenciales los ha puesto al margen de muchos avances terapéuticos. Su seguridad ha sido pagada con la ignorancia.

…Si a estos desafortunados episodios sumamos el temor del médico a ser víctima de un juicio por mala práctica si se le acusa de haber inducido un trastorno del desarrollo y, sobre todo, el pánico de la industria farmacéutica ante los efectos morales y económicos de una demanda multitudinaria por daños atribuidos a alguno de sus productos, se comprende que se haya constituido en regla general evitar, durante el embarazo, el consumo de medicamentos fuera del caso de absoluta necesidad.

Esta es la doctrina oficial, la norma vigente: "Si es posible, no debería tomarse ningún medicamento durante el primer trimestre del embarazo. Además, deberán sopesarse cuidadosamente los beneficios y los riesgos de tomar medicinas durante toda la gestación y el parto"….

Por fortuna, se está tratando de poner remedio a esta situación de carencia. Se ha denunciado como una injusticia histórica la marginación de la mujer, y en particular de la mujer gestante, de la investigación biomédica, y se han tomado medidas a nivel institucional para conseguir que las mujeres y los hombres disfruten de igualdad de oportunidades para participar en los beneficios y en las cargas de la investigación…

Imaginemos, por un momento, el futuro, cuando se haya alcanzado el pleno y necesario dominio de las técnicas de terapia génica en células somáticas y nos encontremos ante el desafío de aplicarlas o no a las células de la línea germinal, para curar las enfermedades hereditarias, no sólo en los pacientes que las sufren, sino también en sus descendientes. Una cosa está clara: para que las promesas de la terapia génica de la línea germinal se realicen en un contexto verdaderamente humano, es requisito ético ineludible aplicarlas conforme a las normas exigidas por el respeto a la vida humana naciente y a la dignidad de la procreación… El candidato ideal al que se ha de aplicar esa terapia será, sin duda, el embrión humano unicelular o de muy pocas células, fruto del acto de amor de unos padres, que el médico recuperará de la trompa de su madre, lo tratará in vitro, y lo restituirá, curado, al útero de su madre.

Esa actitud positiva contrasta fuertemente con el negativismo de algunas instituciones que consideran intangible el genoma humano ante modificaciones que puedan transmitirse hereditariamente, como con las posturas, meramente pragmáticas, impermeables al mensaje de respeto a la vida del embrión y a la dignidad de la procreación.” Gonzalo Herranz. Intervención en el Congreso Internacional El Inicio de la Vida. Identidad y Estatuto del Embrión Humano 15 y 16 de febrero de 1999. 


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