El Prof Gonzalo Herranz:
“De hecho, la familia ha cambiado: de un modo casi increíble y en muchísimos aspectos. Hay países en que el mismo derecho de familia que se aplica a la familia clásica se aplica a las uniones entre sujetos del mismo sexo; en que ya no se es padre o hijo por la cruda y fuerte verdad biológica, sino porque uno declara simplemente al Registro Civil la mentira de que es padre del niño fabricado mediante inseminación artificial por donante; en que los padres pueden rechazar a sus hijos, antes o inmediatamente después de nacer, porque consideran que no son suficientemente aceptables, deseados o sanos; donde los médicos no sólo están autorizados, sino que pueden verse obligados, a administrar anticonceptivos o a practicar abortos a quien se lo pida con suficiente energía, incluidas, y sin conocimiento de sus los padres, las menores de edad. Lo que dicen el derecho o la sociología sobre la familia ha cambiado de modo increíble en los últimos años.
Pero, como no soy ni jurista ni sociólogo, sino médico, voy a limitarme a considerar sólo unos pocos aspectos del problema: la artificialización de la familia que ha sido protagonizada por ciertos médicos: en concreto, los que piensan que entre los fines de la Medicina se incluyen la programación de la sociedad, la imposición de un modelo cientifista de familia.
Hace unos años, Peter Singer y Deane Wells -él el enfant terrible del progresismo ético; ella, parlamentaria en Camberra- publicaron un libro titulado "La Revolución reproductiva. Nuevos modos de hacer niños" para contar la historia de como los médicos han jugado un papel decisivo en poner al alcance de la gente los medios para hacer la familia artificial. Apenas prestan atención al elemento más revolucionario de toda la artificialización de la familia: la contracepción, y su programación a escala masiva en China mediante la política del "hijo único".
Pero, no sé si comprensible o paradójicamente, en el libro de Singer y Wells no se habla ni una sola vez de la familia: sólo se habla de parejas, especialmente de las infértiles. Si se menciona a los padres es a propósito de la posibilidad de clonar hijos o de su participación en la decisión de aplicar técnicas de ingeniería genética. La maternidad de la que se habla es la subrogada de las mujeres que alquilan su útero. Probablemente porque el modelo simple de fecundación in vitro podría parecer extremadamente conservador, se habla con más extensión de la fecundación in vitro 'más allá del caso sencillo', de la donación de gametos o de embriones; de la fecundación in vitro para mujeres solas o parejas lesbianas, y otras posibilidades de la moderna combinatoria.
Me referiré sólo un par de cuestiones. Pero creo que será suficiente para persuadirnos de que la familia artificial, la que, vista desde la Medicina, es resultado de ciertas manipulaciones reproductivas, no da resultado, es una no-solución, una anti-solución.” Gonzalo Herranz, Universidad Panamericana, México, D.F., 24.III 1993
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