La clave para superar la indiferencia médica que se padece en los graves temas actuales de ética médica puede venir por: 1) ser responsables en actualizar a fondo la formación profesional, 2) ser leales a la verdad de esa formación, y 3) levantar la voz en los distintos foros.
El Prof Gonzalo Herranz:
“La autorización para comercializar la píldora del día después trae a primer plano esos dos aspectos básicos de la ética profesional de la medicina: el respeto a las convicciones del paciente y la comunicación de la verdad….
…Hace poco tiempo envié a Diario Médico (DM)… un par de "Tribunas" sobre la píldora del día después, convencido de que iban a provocar un debate necesario y, así lo deseaba, clarificador. Pero ese debate no se ha producido: han ido pasando los días y nadie del campo profesional ha dicho en las páginas de DM esta boca es mía.
Lo curioso es que se trata de un silencio selectivo, intraprofesional. En la calle, los medios de comunicación, con la colaboración de muchos médicos, no han parado de hablar sobre la píldora del día después con ocasión de los diferentes pasos de su camino hacia las farmacias. Y el DM mismo se ha hecho eco de una Nota, breve y clara, de la Conferencia Episcopal Española.
¿Qué podrá significar ese silencio dentro de la profesión? Podría, en principio, ser expresión de varias actitudes:
-del aburrimiento de unos por un asunto mil veces tratado y del que decir algo nuevo parece imposible;
-del desinterés de otros por un problema moral que juzgan superado;
-del desdén de muchos ante la naturaleza insoluble de un conflicto ético más;
-de la fatiga de los que empiezan a cansarse de pugnar por unos valores que ya no son compartidos.
Pero la cosa no se puede quedar ahí. Es necesario traerla de nuevo a colación: no es bueno que los médicos respondamos con el silencio o la indiferencia a una cuestión que tanto interesa a la gente y que nos implica de lleno.
Jugando con las palabras. Quiero tratar aquí de un punto que está en el fondo del problema y que dejé sólo esbozado en un escrito reciente: me refiero al cambio de léxico que permite a los promotores de la píldora del día después afirmar que ésta no es abortiva. Porque no se trata sólo de un cambio léxico: viene a ser la imposición de una ideología.
Refería, que se había recurrido a cambiar el significado de algunas palabras para hacer más convincente la idea de que la píldora del día después no es abortiva. Creo que es clarificador conocer la historia y la intención de esos cambios. (Seguirá).” Gonzalo Herranz, Artículos en Diario Médico, 3-IV, 30-IV y 14-V-2001.
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