Cuestión: ¿A qué cree usted que se debe este tipo de abusos en el empleo de la sedación: criterios economicistas, comodidad, compasión, etc.?
Segunda parte de la respuesta del Prof. Herranz: “Ya se ha dicho que la sedación paliativa es una medida que, decidida y aplicada tras la debida ponderación, ha de ser revisada periódicamente, con seriedad, con circunspección, atendiendo a las circunstancias del paciente; que se debería suspender si hubiera indicios de que el paciente ha superado esa fase refractaria al tratamiento. En este caso, ya no tendría sentido continuarla. En cambio, habría que prolongarla si se ve que el paciente todavía persiste en la situación sintomática que había determinado previamente su aplicación.
La sedación paliativa es una decisión transitoria, que se toma para un determinado tiempo, al cabo del cual habrá que evaluarla. No debería ir predeterminada por un juicio de terminalidad. Precisamente esas circunstancias de evaluación, de revisión periódica, no se pueden dar en los Servicios de Urgencias de los grandes hospitales”. Gonzalo Herranz, El Corazón de la Medicina pp. 151-156
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