Cuestión: Uno de los argumentos más empleados por los movimientos pro-eutanasia ha sido el dolor insoportable, insufrible por parte del paciente. Los profesionales de la Medicina saben que el tratamiento del dolor es un deber inderogable del médico. ¿Qué hay de verdadero en el dicho: “si su médico no le alivia el dolor no pida la eutanasia, cambie de médico porque el suyo es un incompetente”?
Respuesta del Prof Herranz: “Hay que empezar por señalar que, en los decenios recientes, el dolor ha sido investigado muy en serio. Se han esclarecido muchos aspectos de su fisiopatología, se ha avanzado de modo muy notable en el conocimiento de los mediadores del dolor, de sus moduladores, de los fármacos que lo mitigan. Ha nacido una auténtica especialidad, que es la Medicina del dolor.
Por tanto, la idea de que existen dolores insoportables, insufribles, que no ceden de modo alguno a la intervención terapéutica inteligente y actual, es una idea que, en principio, se ha de cuestionar. Desde el punto de vista fisiopatológico y farmacológico tenemos ya suficientes armas que nos ayudan a reducir el dolor a un nivel tolerable. Eso puede exigir ensayos, fracasos, reiniciar tratamientos, reconocer que un camino está cerrado y se ha de abrir otro. Este es el camino real de la Medicina: hay que estudiar más cada caso, rectificar errores, ensayar soluciones. No siempre se acierta a la primera. La solución no está, como veremos, en la eutanasia.” “Al servicio del enfermo. Conversaciones con el Dr. Gonzalo Herranz. José María Pardo. Ed EUNSA, 2015, p 123-124.
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